viernes, 25 de junio de 2010

Hermanos Cap.1

Yo tengo tres hermanos.
El mayor tenía 15 años, él era muy diferente a mi, era todo lo contrario, él tenía la piel blanca, un pelo ni corto ni largo y muy rubio, era alto con ojos verdes ,labios finos y espalda grande. Tenía una forma muy rara de caer bien a la gente que nunca entendí. Él estaba aprendiendo a tocar el piano. Solo lo había visto tocar el piano tres veces, pero siempre que lo escuchaba era como viajar a otro mundo totalmente diferente donde no salían hombres del cuarto de mi madre cada mañana y donde podía expresarme tranquilamente.
Él era un tanto cabrito ya que le gustaba dejarnos sorprendidos con trucos de magia. Mi hermano siempre nos cuido mucho ya que no confiaba en mi madre por su oficio. Mi madre siempre se sentía culpable, pero no había según ella otra forma de ganarse el pan.
Mi hermano se llama Michael.
Michael era de esos chicos que se cuidan haciendo todo tipo de ejercicios volleyball, fútbol, baloncesto, etc...
Michael siempre jugaba mucho con los pequeños, a mi hermano le enseñaba pasos de baile y a mi hermana le compraba música siempre que tenía un poco de dinero, siempre el último disco de sus cantantes favoritos.
Os explicaré.
Zacarias es mi hermano pequeño. Él es moreno con ojos verdes como Michael, tiene los ojos pequeños y una nariz fina. Daría por echo que si no no fuera mi hermano me hubiera enamorado de él, a mi hermano le encantaba bailar, pasaba horas y horas encerrado en el cuarto de al lado de la cocina donde llegaba la música de la vecina, Zac bailaba realmente bien para tener solo 9 años.
-Hola Mel -me decía siempre que iba a coger patatas al cuarto.
Zac a veces nos ponía "motes" como enana gritona, mago de Oz o pinceles. A nosotros nos hacía gracia pero a Gisselle no.
-Jajajaja -se reía Zac mientras sacaba de quicio a Giss.
Él y Giss se peleaban mucho, siempre era por cosas tontas como, sentarse enfrente de la televisión, jugar con la gata o por la última galleta, bueno, lo cierto es que ese era el gran dilema de todos, la última galleta.
Si las miradas mataran Zac hubiera echo con nosotros una carnicería.
-Esa galleta es mía -decía Zac mirándonos con esa cara de pocos amigos.
-¡Ni hablar! -decía Gisselle mirando a Zac con fuego en los ojos.
De repente veías a Gisselle volar por encima del sillón y a Zac corriendo hacía aquel tarro de galletas azul con una flor amarilla y dos grietas... Creo que ya sabéis el porque, os explicaré una de las guerras breves pero intensas:
Giss viendo la televisión mientras comía galletas.
Zac bailando mientras ve la televisión.
14:00 de la tarde, la ultima galleta.
-Esa galleta es mía todo el mundo lo sabe -reprochó Zac.
-¡No! Es mía me las estoy comiendo yo -grita Giss.
Después de volar cosas sobre mi cabeza, Mike da un grito.
-¡Basta ya! me tenéis cansado ya con tanta tontería me la comeré ¡YO!
- No te lo consiento -dijo Zac quitándole la galleta...
Después de quitársela Giss empezó a llorar, yo por supuesto era la que ponía orden, ya que mi madre no estaba.
De pronto y sin que nadie me mirara cogí la galleta y la partí en dos. Zac me miró y guardo silencio.
-Las estas partiendo mal yo quiero la parte más grande -dijo Zac.
-Y alguien dijo que la galleta es para ti -dije mirándolo fijamente.- La galleta es para Rosita -dije mirando a la gata.
Luego de verme aplastada por un montón de cojines, siguió la tarde normal.
Bueno, Gisselle es una niña que depende mucho de los demás. Es muy mimosa, tiene la cabellera por los hombres y castaño, los ojos marones como yo, es pequeña y finita pero tiene mucho genio. Y eso que tiene 7 años.
Gisselle tiene una voz fina y dulce, le encanta cantar, de sus amigas es la más vergonzosa pero luego no se corta ni un pelo en cantar esa canción que tengo en la cabeza desde hace cuatro días. "De bajo del mar - De la Sirenita."
Yo y Gisselle estamos muy unidas ya que soy chica y mayor que ella. No tengo muchas experiencia en cosas como dice ella "Singing", pero he de decir que no cantó nada mal.

Introducción

Yo siempre he vivido en un lugar donde la delincuencia, los chantajes, mentiras y todo tipo de barbaridades eran frecuentes.
Yo tuve una infancia un tanto extraña para una niña ya que vi a mi madre traer a dos o más hombres cada noche a casa. Eran siempre diferentes, pero todos traían la misma cara de estar buscando algo que una niña de 13 años era un poco imposible de imaguinar. Para explicarme mejor, yo a mi madre siempre la vi con ropas cortas dejaban ver sus piernas y camisa se mi transparentes, pero era una persona de buen corazón ya que de hacer cada noche que pasaba con uno de esos perros que se estimulaban con solo ver una mini-falda nos daba de comer .
Siempre vi a hombres salir mientras comía chocolate con galletas con mis hermanos.